Algunas recomendaciones clave para proteger tus datos en Microsoft 365
En esta era digital, en donde el trabajo colaborativo y la gestión remota de información se han vuelto un estándar obligado, la plataforma Microsoft 365 ha emergido como una de las más utilizadas por organizaciones, instituciones educativas y empresas de todos los tamaños.
El ecosistema versátil y en constante evolución ofrece herramientas verdaderamente poderosas para la productividad. Sin embargo, representa también un objetivo muy atractivo para los hackers maliciosos, los cuales buscan explotar cualquier vulnerabilidad en la seguridad de los datos. En este contexto, proteger la información almacenada y compartida en este entorno es una necesidad urgente y estratégica.
Las amenazas de esta generación no se limitan a virus tradicionales o correos maliciosos evidentes. Por ello, los ciberdelincuentes han sofisticado sus métodos, empleando técnicas de ingeniería social, ransomware, suplantación de identidad y explotación de configuraciones débiles para penetrar entornos corporativos.
Si bien Microsoft 365 ofrece capas de seguridad integradas, la verdadera protección de los datos recae, en gran medida, en las decisiones, políticas de protección y buenas prácticas adoptadas por los usuarios y administradores de sistemas.
Una de las recomendaciones críticas para fortalecer la protección de los datos en Microsoft 365 es la activación y gestión adecuada de la autenticación multifactor o MFA. Este mecanismo, el cual combina al menos 2 métodos de verificación distintos, reduce significativamente el riesgo de accesos no autorizados, incluso si las credenciales han sido comprometidas.
La implementación del MFA debe considerarse como una barrera muy importante que refuerza la identidad del usuario frente a posibles intrusos y, del mismo modo, envía una señal clara de que la compañía toma en serio la seguridad informática.
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Igualmente, es de vital importancia prestar especial atención a la configuración de los permisos y roles dentro de esta plataforma. La regla del menor privilegio debe ser la norma en cualquier estructura organizacional digital, ya que cada usuario debe tener acceso únicamente a la información y herramientas que necesita para cumplir sus funciones.
Este principio puede evitar que los trabajadores sin conocimientos técnicos o actores maliciosos internos comprometan datos sensibles por error o con intenciones deliberadas. Una revisión periódicas de estos permisos y una correcta asignación de roles administrativos, pueden prevenir filtraciones innecesarias y facilitar auditorías eficaces en caso de cualquier incidente.
No hay tecnología que pueda sustituir el criterio humano cuando se trata de evaluar la legitimidad de una solicitud o la autenticidad de un archivo recibido. Por otro lado, las políticas de retención y respaldo de información deben establecerse con rigor.
Aunque Microsoft 365 cuenta con funcionalidades integradas para recuperación de archivos y versiones anteriores, confiar exclusivamente en estas herramientas puede resultar insuficiente frente a ciberataques avanzados o fallos humanos catastróficos.
Se debe considerar el uso de herramientas de cifrado y protección de la información que permiten controlar quien puede ver, editar o reenviar determinados documentos. Microsoft 365 incluye opciones como Microsoft Purview, el cual ofrece una capa adicional de control sobre la data sensible.
Esta plataforma ofrece múltiples herramientas, pero es responsabilidad de cada empresa aprovecharlas con visión, disciplina y sentido de urgencia. En un mundo en donde los datos son el activo más valioso, la negligencia en su custodia puede traducirse además de pérdidas económicas, en un daño irreparable a la reputación corporativa.