Threat Hunting y respuesta a incidentes son servicios complementarios y necesarios en tu empresa
El impacto de los ciberataques en el mundo de las empresas sigue siendo un desafío crítico. El año pasado, la multinacional del sector energético, llamada Halliburton, sufrió un ataque que generó pérdidas estimadas en más de 35 millones de dólares.
Si bien esta cifra puede sonar alarmante, porque lo es, podría haber sido aún mayor si la víctima hubiese sido una empresa con menos recursos y una estrategia de seguridad informática menos robusta y con más vulnerabilidades.
Este tipo de incidentes pone de manifiesto la necesidad de contar con estrategias avanzadas de ciberseguridad, entre ellas se encuentra el Threat Hunting y el Incident Response. Estos enfoques permiten detectar amenazas con antelación y responder con rapidez y precisión ante cualquier brecha de seguridad.
El Threat Hunting es una práctica proactiva de seguridad, la cual busca identificar amenazas latentes antes de que puedan causar algún tipo de daño. Los profesionales que se dedican a esta tarea, se les conoce como threat hunters y llevan a cabo algunas funciones importantes.
Una de ellas es desarrollar hipótesis de compromiso y realizar búsquedas activas para validar la existencia de dicho compromiso en la infraestructura informática de la organización. Además, se encargan de identificar tácticas, técnicas y procedimientos o TTPs, empelados por los hackers maliciosos que no han sido detectados por herramientas automatizadas.
Del mismo modo, su función es descubrir nuevas TTPs para adelantarse a la evolución de las amenazas latentes y analizar datos de telemetría por medio de soluciones EDR/XDR, con el fin de detectar actividades sospechosas en las redes corporativas.
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Por otro lado, el Incident Response o Respuesta a Incidentes, cumple con un doble propósito, el cual es el de preparar a la empresa para afrontar un ataque informático. A su vez, se encarga de responder de forma inmediata y efectiva ante una brecha de seguridad.
Para lograr estos objetivos, los especialistas en Incident Response implementan estrategias preventivas, tales como evaluaciones de preparación o readiness assesssment, las cuales permiten reducir el tiempo de respuesta ante un ataque a menos de 1 hora.
Igualmente, implementan evaluaciones de compromiso o compromiso assessment, las cuales identifican actividades maliciosas previamente inadvertidas. Mientras que las simulaciones de incidentes ayudan a mejorar la capacidad de reacción en situaciones reales.
Tanto el Threat Hunting como el Incident Response deben cumplir con 2 principios fundamentales para maximizar su eficacia.
El primero de ellos es la proactividad, ya que la anticipación es clave. Un enfoque proactivo de Threat Hunting permite detectar amenazas en sus primeras etapas, lo cual impide que evolucionen hasta convertirse en incidentes graves. De la misma manera, un Incident Response proactivo va a fortalecer la preparación de la compañía y va a minimizar el impacto de cualquier brecha de seguridad.
La continuidad es el segundo principio, ya que un enfoque fragmentado puede dar paso a vulnerabilidades. Algunas organizaciones adoptan estrategias de Threat Hunting basadas en campañas esporádicas o implementan respuestas a incidentes de forma reactiva, todo ello sin medidas de preparación previas.
Estas prácticas limitan severamente la capacidad de reacción y aumentan el riesgo de daños significativos. Por ello, la seguridad efectiva requiere de un monitoreo constante y de una respuesta continua.