El chantaje digital doblega a la mitad del sector empresarial | TIC Defense te lo cuenta
La ciberseguridad empresarial se encuentra en una encrucijada en estos momentos, ya que enfrenta un panorama cada vez más complejo en el que las amenazas digitales evolucionan con rapidez y agresividad. Es ransomware, en particular, ha dejado de ser una simple preocupación para convertirse en una crisis constante que pone en jaque no solo la integridad de los sistemas, también la viabilidad de las organizaciones.
A pesar de los esfuerzos sostenidos en blindar los entornos digitales, muchas compañías siguen viéndose forzadas a tomar decisiones drásticas, en donde casi la mitad opta por pagar el rescate exigido por los hackers maliciosos para intentar recuperar sus datos y reanudar sus operaciones.
Así lo revelan diversos informes que ya han salido en este 2025, informes que son autoridades reconocidas en ciberseguridad. La investigación, que recoge la experiencia de responsables de tecnología y seguridad de la información en 17 naciones, ha expuesto un dato intrigante, debido a que el 50% de las organizaciones termina accediendo al chantaje de los atacantes.
Esta cifra, que es la segunda más alta registrada en los últimos 6 años, refleja no solo la agresividad de las campañas de ransomware, también, refleja las grandes grietas que persisten en la defensa de las infraestructuras críticas.
Lo más preocupante es que esta realidad persiste incluso cuando muchas compañías han reforzado sus mecanismos de protección. A pesar de haber elevado el estándar en términos de herramientas de detección, monitoreo y contingencia, los cibercriminales continúan explotando vulnerabilidades con una eficacia asombrosa.
En 1 de cada 4 brechas de seguridad, los puntos débiles explotados eran completamente desconocidos para la propia empresa, lo que revela una preocupante falta de visibilidad sobre la superficie real de exposición.
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Frente a estos escenarios, el pago del rescate se mantiene como una práctica frecuente, aunque cada vez más sofisticada. Los informes señalan que, si bien la cifra promedio se encuentra entre el millón de dólares, más de la mitad de las organizaciones que optan por negociar logra reducir significativamente la cantidad inicial.
Este hecho indica que, pese a estar en una situación crítica, muchas empresas están desarrollando cierta capacidad de maniobra, apelando a expertos en respuesta a incidentes para amortiguar el impacto económico que supone un ciberataque.
Un análisis por sectores demuestra que la presión varía según el tipo de entidad. Mientras que los gobiernos locales o regionales han llegado a desembolsar sumas hasta de 2.5 millones de dólares, el sector de la salud, uno de los más afectados durante la pandemia, paradójicamente, se mantiene en un promedio bastante menor, con pagos en torno a los 150 mil dólares.
Esta disparidad ha puesto sobre la mesa la urgencia de desarrollar planes de respuesta adaptados a la realidad de cada institución, considerando sus recursos, funciones críticas y nivel de exposición.
A pesar de lo duro de este panorama, hay algunas señales alentadoras. El número de empresas capaces de contener un ciberataque antes de que los datos sean cifrados, alcanzó el 44%, el índice más alto desde el año 2019. Esta mejora sugiere que los esfuerzos en detección temprana y monitoreo están empezando a dar frutos.