Google sorprende al activar funciones inteligentes predeterminadas dentro de su plataforma Workspace
El gigante tecnológico Google ha comenzado a activar por defecto sus funciones inteligentes en su plataforma Workspace. Este cambio implica que servicios como Drive, Gmail, Chat, Meet y Calendar ahora van a utilizar Gemini AI para procesar contenido personal, a menos que los usuarios decidan desactivar de forma manual estas opciones.
De hecho, múltiples usuarios han descubierto recientemente que estas configuraciones se habían habilitado de forma automática, sin una notificación clara ni una solicitud explícita de consentimiento.
Según la página de ayuda de Google, estas funciones inteligentes están activadas por defecto en la mayoría de las regiones del mundo, con la excepción de la Unión Europea, Suiza, Reino Unido y Japón. En estos países y regiones, las leyes de privacidad obligan a que los usuarios seleccionen de forma expresa si desean activar o no este tipo de nuevas funciones.
Fuera de esas regiones, cada vez más personas están notando que las opciones aparecen preseleccionadas, lo que permite que las herramientas de inteligencia artificial analicen el contenido de Workspace y crucen información entre distintos servicios de la plataforma.
Este enfoque ha generado bastantes inquietudes, todas ellas comprensibles. Al permitir que la IA lea correos electrónicos, documentos, calendarios y conversaciones, el gigante tecnológico ha obtenido una visión amplia y detallada de la actividad digital de los usuarios.
Aunque Google representa estas funciones como una mejora en productividad y experiencia, para muchas personas resulta preocupante que el control inicial no se encuentre en manos de los usuarios, además que se requiera una acción posterior para limitar el acceso.
Ante las afirmaciones de que Google se encuentra entrenando su inteligencia artificial empleando datos e información de Workspace, la empresa ha declarado a diversos medios especializados que no utiliza los datos de Workspace para entrenar o mejorar los modelos generativos subyacentes y los grandes modelos de lenguaje que impulsan Bard, Search y otros sistemas fuera de la plataforma Workspace, sin permiso.
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Según el gigante Google, este consentimiento permite habilitar funciones como la categorización de la bandeja de entrada, la corrección gramatical y ortográfica, y las sugerencias de respuestas inteligentes.
No obstante, la redacción de estas aclaraciones no disipa las dudas del todo. Para los usuarios promedio, la diferencia entre entrenar modelos, procesar datos y cruzar información entre servicios no siempre es evidente. El resultado es una sensación de ambigüedad que hace perder la confianza, incluso cuando la organización afirma actuar dentro de límites legales.
Desactivar las funciones inteligentes predeterminadas de Google Workspace es posible, aunque no es precisamente intuitivo. Quien sepa dónde buscar puede hacerlo en los ajustes correspondientes, y existen guías externas, como la publicada por Malwarebytes, las cuales explican el proceso paso a paso.
Incluso con estas guías y explicaciones, el hecho de que sea necesario saber dónde mirar, ha reforzado la idea de que estas opciones no están diseñadas para que sean revertidas con facilidad.
Ante esto, Google sostiene que siempre ha sido transparente al introducir cambios en sus términos o políticas. Sin embargo, especialistas en privacidad de datos advierten que la transparencia formal no siempre equivale a una comprensión real por parte de los usuarios.
