Conoce la "estafa del apagón" o cómo actuaron ciberdelincuentes para mentir sobre el suministro eléctrico
En el ámbito de la ciberseguridad, no existe mayor combustible para los cibercriminales que el caos. Allí en donde la incertidumbre se instala y el miedo toma el control, los estafadores encuentran el escenario perfecto para ejecutar sus fraudes con máxima eficacia.
Lo sucedido el pasado lunes 28 de abril de 2025 en España y Portugal es una prueba palpable de esta realidad, ya que un apagón eléctrico de proporciones colosales sirvió de marco para el despliegue de una nueva modalidad de fraude, bautizada como la “estafa del apagón”.
Poco después del mediodía, casi la totalidad de la península ibérica y otros puntos de Europa experimentaron un colapso repentino del suministro eléctrico. En cuestión de segundos, millones de ciudadanos quedaron completamente del mundo digital; sin acceso a cajeros automáticos, sin posibilidad de efectuar pagos con tarjetas, sin cobertura móvil y sin la infraestructura básica para llevar una vida funcional. Lo que en otro contexto hubiese sido una molestia, se convirtió rápidamente en una situación de desamparo colectivo.
Este contexto de vulnerabilidad inmediata fue detectado con rapidez por grupos de hackers maliciosos que, valiéndose de técnicas de ingeniería social bien perfeccionadas, orquestaron un nuevo tipo de engaño. Se trató de una maniobra bien calculada que consistía en realizar llamadas telefónicas haciéndose pasar por entidades del sector energético o incluso, por organismos oficiales.
Bajo el pretexto de ofrecer una reconexión prioritaria del servicio eléctrico, solicitaban a los afectados que facilitaran información bancaria, disfrazando el fraude con un lenguaje técnico y una puesta en escena cuidadosamente elaborada.
Sin embargo, la Policía Nacional actuó con celeridad al detectar esta amenaza. Tras recibir diversas denuncias de ciudadanos y activar sus propios protocolos de vigilancia, las autoridades emitieron un comunicado urgente advirtiendo sobre este nuevo intento de estafa.
Desde sus canales oficiales, especialmente por medio de la red social X, las autoridades recordaron a la población la importancia de no compartir datos sensibles con terceros, recalcando que, en situaciones de emergencia, solo se debe confiar en información proveniente de fuentes verificadas.
El origen del apagón, según las autoridades gubernamentales de España, se relaciona con una súbita desaparición de 15 gigavatios del sistema eléctrico nacional. Este fenómeno, que ha provocado la caída del 60% de la demanda energética en apenas 5 segundos, todavía se encuentra bajo investigación.
Aunque no se registraron emergencias a gran escala ni incidentes graves en materia de protección civil, el impacto ha sido suficiente para generar una atmósfera de alarma generalizada. Durante las horas posteriores al incidentes, las comunicaciones permanecieron interrumpidas, muchos comercios no pudieron operar y los servicios básicos se vieron gravemente comprometidos.
En ese vacío informativo, sin acceso a medios ni confirmaciones oficiales, la ciudadanía quedó expuesta a las tácticas de manipulación emocional y psicológica que caracterizan a los estafadores digitales. El discurso de estos cibercriminales, vestido de legitimidad y urgencia, ha conseguido terreno fértil entre quienes, atrapados en la incertidumbre, buscaban desesperadamente una solución.
La estafa del apagón no solo pone en evidencia el ingenio malicioso de los ciberdelincuentes, también muestra la fragilidad de las infraestructuras informativas en momentos críticos. Cuando el acceso a la información se interrumpe, incluso por unas pocas horas, se abren puertas que los actores maliciosos no dudan en cruzar.
Desde este punto es que la prevención, la vigilancia ciudadana y la cultura digital responsable sean los pilares fundamentales para hacer frente a estas amenazas que, lejos de desaparecer, evolucionan con cada crisis.